He tenido el inmerecido
privilegio de gozar de una entrañable amistad con Marcial durante más de cuatro
décadas, él me ayudó entonces cuando murió mi padre, estando yo destinado en
Las Palmas. Desde entonces tomó su relevo y a buen decir me trató siempre como
un buen padre y como un extraordinario amigo y he procurado corresponderle siempre con los mismos lazos.
En los últimos meses cada mañana
he ido a su casa con mi PC portátil, para hacerle compañía con la escusa de
escribir la segunda parte de sus memorias, y así, viendo fotos antiguas de sus
álbumes para incluir en las memorias, contribuir un poco a mantener activo su
cerebro, atacado por el tumor y que, salvo en las últimas semanas, ha mantenido
casí intacto, con algunos vacios puntuales.
Nos consuela el no haberlo visto
sufrir en ningún momento a lo largo de su dolencia, y que posiblemente ese
tumor que afectaba a las neuronas que controlaban su movilidad, lo hacía
también de forma positiva para que no sintiera dolor.
A las 01:30 de la madrugada del domingo a
lunes, y mientras dormía placidamente, su hija Patricia le besó por última vez, seguro que con el mismo cariño y ternura que si supiera que era el último beso.
Casualmente a esas mismas horas yo lo "acompañaba" desde mi casa con
mis oraciones, como hacía cada noche al acostarme, y poco tiempo después, minutos o tal vez
pocas horas, Marcial despertó..... allá
arriba,..... junto a Margarita.
A las 05:30 Guillermo y Patricia
tuvieron la certeza que Dios ya le había devuelto a la VIDA y ya le había llevado a
la LUZ.......
JEFE, en esa última singladura de tu Cuaderno de Bitacora puedes anotar, y nunca será mas cierto "Buena amanecida, con horizontes claros y CIELO DESPEJADO..... "
Tu buen amigo Paco Mas.